Tejidos artesanales argentinos en la región noroeste

Las manufacturas textiles han tenido siempre una gran valoración en el mundo andino prehispánico. Para los Incas, tuvieron una importancia religiosa, social y política, por lo cual su Estado tomaba una participación activa en la producción. Para el pueblo Mapuche, constituyeron una forma de expresar valores culturales y fundamentales y significados de su tradición. Muchos pueblos prehispánicos desarrollaron técnicas y patrones de creación textil que han perdurado en los tejidos artesanales argentinos.

Los colonizadores, al establecer los primeros asentamientos y ante la necesidad de proveerse prendas de vestir, sumaron a las tradiciones de los pueblos originarios nuevos elementos, como el telar europeo y géneros de lino y algodón traídos desde el viejo continente. El resultado fue un nuevo conjunto de prácticas textiles que evolucionarían en el tiempo para dar lugar a una hibridación, de la cual los tejidos artesanales argentinos llevan la marca.

La influencia del tejido andino

El tejido andino se ha caracterizado por la belleza de sus colores y patrones, por su complejidad técnica y por su valor de expresión cultural. Los artesanos preshispánicos lograron plasmar en los textiles la sabiduría y significados de sus pueblos.

El desarrollo técnico de la trama y la urdimbre, asociado originalmente con la cestería, dio lugar a la creación de bolsas y sogas confeccionadas de manera simple. Se tiene constancia arqueológica de que estos objetos ya se hacían hace más de 10000 años en los Andes del Perú. A la totora y el junco, naturalmente se sumó la lana. Estos materiales se fueron ensamblando en la vida cotidiana de las sociedades andinas y las técnicas del tejido se desarrollaron en complejidad en la medida en que se asociaron con la estética y los símbolos de la religión.

Te invitamos a disfrutar de este video sobre los tejidos andinos, presentado por Mariana Tschudi en la muestra de arte Pachatopías de la Pontificia Universidad Católica del Perú en el Museo Amano en abril de 2017.

TEJIDO ANDINO from AdemasArteDigital on Vimeo.

La intervención de los colonizadores

Con el asentamiento de los colonizadores, los aborígenes se convirtieron en los principales proveedores de prendas de vestir. Los europeos pronto comenzaron a valorar la habilidad de las nativas para hilar y tejer, lo que derivó en la creación de obrajes textiles por parte de los jesuitas. En estos obrajes, se utilizaban telares de tipo europeo, que permitían fabricar piezas tejidas que luego se cortaban para hacer la confección de la vestimenta. La concepción andina establecía que el tejido no debe cortarse, por lo que utilizaban distintas medidas de telares según el tipo de prenda a crear. El telar europeo fue una importante primera modificación con respecto a las tradiciones originarias.

Desde el siglo XVI, el comercio de textiles prosperó de manera sostenida, especialmente con los tejidos de algodón realizados por las mujeres indígenas. A las tradiciones y el saber de la cultura andina, se fueron sumando otras tradiciones textiles, como la europea o la árabe. Muchas de las técnicas originarias se fueron perdiendo y otras se hibridaron para dar lugar a desarrollos propios de la cultura criolla en las provincias de Argentina.

Proceso de elaboración de los tejidos

El proceso de elaboración de las artesanías textiles varía con las tradiciones culturales de las diferentes sociedades. En general, se siguen las siguientes etapas:

  • Obtención y selección de materia prima: En esta etapa, los artesanos evalúan las cualidades que ofrecen los tejidos vegetales y animales y seleccionan las más propicias para los productos que desean realizar. La fibra animal más importante es la lana de oveja, pero las sociedades han recurrido también a otros animales, como cabras y camélidos (llama, camello, vicuña, alpaca) o el gusano de seda. A nivel vegetal, se han utilizado haces de fibras (lino, cáñamo, yute, etc.) o fibras únicas, como el algodón.
  • Proceso de hilado: Este es un primer nivel de tratamiento de la materia prima. Puede realizarse por torsión manual o recurriendo a un tortero o volante de huso.
  • Tratamiento de hilados: Este segundo nivel incluye la tensión de los hilos y el teñido con diferentes colores, así quedan preparados para comenzar a tejer.
  • Proceso de tejido: Los artesanos, luego de hacer o comprar el hilado, utilizan distintas técnicas y herramientas para dar origen a los productos tejidos (telar, agujas, bastidores, lanzaderas, etc.).

Te invitamos a conocer el proceso de hilado explicado por una artesana textil:

En el caso de los tejidos artesanales argentinos, el proceso es similar, aunque existen algunas diferencias de estilo según las regiones consideradas.

Tejidos artesanales en Salta y Jujuy

Las provincias de Salta y Jujuy tienen una rica historia en la producción de tejidos. Cada una de ellas, cuenta con hallazgos arqueológicos de siglos de antigüedad. Los primeros tejidos de los que se tiene constancia, realizados con hilo y una sola aguja, aparecieron en el paraje Inca Cueva, ubicado 48km al noroeste de Humahuaca.

En estas provincias, existen criaderos de camélidos, ovejas y corderos, lo que permite extraer la materia prima necesaria para la fabricación de artesanías textiles. Hoy en día, Jujuy produce hasta 100 toneladas de fibras de llama por año, con un stock del 70% de este animal a nivel nacional. Más de 2500 emprendedores se dedican en la provincia a la cría y producción de camélidos. La asociación Acopios de Comunidades Andinas, espacio que nuclea a cinco organizaciones, vende fibras seleccionadas, clasificadas a partir de 7 categorías de color y 3 de finura, obteniendo 21 tipos distintos con características homogéneas.

tejidos artesanales argentinos en un puesto de Tilcara

Variedad de tejidos artesanales argentinos

Los tejidos del norte de Argentina se caracterizan por su variedad de colores y su combinación. El turista puede encontrar una amplia oferta de bolsos, mantas, ponchos y otras prendas de vestir recorriendo la Quebrada de Humahuaca o el Alto Valle Calchaquí. Este último, cuenta con una importante tradición en telar criollo, con la localidad de El Colte especializada en la producción de ponchos. Entre las artesanías elaboradas, también pueden encontrarse frazadas, alfombras, tapices, fajas y bolsos.

En el tramo de la ruta nacional 40 entre Payogasta y Angastaco, se encuentra el Camino a los Artesanos. Entre El Colte y Seclantás, un conjunto de artesanos mantiene viva la llama del telar criollo, con tejidos que evocan la flora, la fauna e iconografías donde la imagen es inspirada por el arte de los pueblos originarios. En los patios de estos artesanos, los visitantes pueden tener un contacto con la producción artesanal del hilado, ver el funcionamiento de un telar o, sencillamente, conocer los productos y pedir información sobre características y precio.

En la zona del Camino a los Artesanos, se fabrica el tradicional poncho salteño, de color rojo intenso, conocido y apreciado en todo el país. Luego de ver el siguiente video, podrás hacerte una imagen más detallada de este interesante recorrido turístico que deberías tener en cuenta si alguna vez visitás la región.

El tejido artesanal en Catamarca

Belén es, quizás, el área más prolífica de producción de artesanías en Catamarca. Sus habitantes lo llaman “la cuna del poncho“, ya que esta prenda ha tenido un gran desarrollo allí, tanto en calidad como en variedad. En este departamento, se encuentra la Ruta del Telar, un fantástico recorrido que une a cientos de artesanos que se dedican al tejido criollo.

En la Ruta del Telar, cada localidad se destaca por el trabajo de las fibras de llama, oveja y vicuña con diseños propios. A lo largo de 300 kilómetros y 50 postas, las turistas pueden conocer a los artesanos y su catálogo artesanal, comprar increíbles productos y ver el funcionamiento en vivo de la manufactura textil en el patio de sus viviendas, donde la mayoría instala los telares.

El Proyecto de la Ruta del Telar, cuyo objetivo es optimizar la comercialización de los productos artesanales de Belén, es impulsado por la Secretaría de Turismo de Catamarca, el Consejo Federal de Inversiones, la Secretaría de Agricultura Familiar y la Cadena de Valor de la Lana/Fibra Belén (CAVALAF). Gracias a esta iniciativa, es posible acceder fácilmente a un acervo cultural muy valioso para el país, con productos que incluyen mantas, chalinas, ponchos, caminos de mesa, entre otras artesanías textiles, fabricados mayormente con fibras locales y con patrones de diseño y colores que transmiten el espíritu de la región.

Te compartimos este interesantísimo video sobre la Ruta del Telar del programa Gente de Mi Pueblo.

Artesanía del tejido en La Rioja

(Publicación original: https://feriadeartesanos.com/artesanias/artesania-del-tejido-en-la-rioja-argentina/)

Antes de que los fértiles valles de La Rioja se convirtieran en zonas importantes de la agricultura y vitivinicultura argentinas, existió en la provincia una fuerte actividad ganadera dedicada al comercio con el país vecino de Chile. Asociada a esta actividad, la producción textil con lana de oveja, guanaco y vicuña proveyó a los habitantes del lugar con elementos necesarios de abrigo en los fríos inviernos y de montura o transporte de objetos para los caballos utilizados como medio de transporte. Mantas, ponchos, chalinas, peleros y alforjas se encuentran entre los clásicos objetos producidos en la región.

Los tejidos riojanos combinaban, como otros tejidos artesanales argentinos, elementos autóctonos e hispánicos. Durante el siglo XX, se caracterizaron por conservar las tradiciones para las técnicas de hilado, teñido, tejido y decoración, sin incorporar elementos industriales.

Proceso de producción

La lana de oveja, comprada en las barracas, luego de hilada, era teñida con tinturas de origen vegetal o usada en estado natural, con diferentes tonalidades de colores blanco, marrón y negro. Las lanas de guanaco y vicuña, extraídas del cuero del animal con un cuchillo filoso, eran usadas siempre en estado natural.

En general, el telar más utilizado solía ser el horizontal con pedales y herramientas adicionales, como la pala y el peine. La utilización de estos últimos tenía la función de dar a la trama un carácter más tupido o abierto. En el caso de los peleros o el bordado de telas, se utilizaba un bastidor de madera del tamaño de la pieza a trabajar. Distintas técnicas intervenían para la decoración: listado, faz de trama, payado, atado y la técnica española de bordado. Las lanas de guanaco y de vicuña eran siempre trabajadas a pala y de manera lisa o decoradas con la técnica de listado.

Los tejidos eran realizados, principalmente, por mujeres, con el fin de ser usados en su núcleo familiar. La producción para la venta era escasa y tenía como función apoyar el ingreso provisto por el trabajo del hombre, aunque algunas mujeres lograron hacer de esta artesanía su medio de subsistencia.

El avance de la industrialización tuvo un fuerte impacto negativo sobre la actividad artesanal del tejido en la provincia. La mayoría de las técnicas fueron quedando sólo en la memoria de las mujeres con mayor edad del grupo familiar.

Iniciativas de recuperación

La Universidad Nacional de Chilecito, en el año 2009, dio inicio a un importante trabajo para recuperar muchas de las tradiciones relacionadas con el oficio de la artesanía del tejido en la provincia de La Rioja, especialmente en la zona de Famatina y Chilecito. Su intervención apuntó a generar estrategias de inserción laboral para las familias de la zona a partir de la revalorización del tratamiento de lanas y fibras de llama y oveja.

Al día de hoy, son muchas las personas que, nucleadas en talleres de enseñanza y producción de tejidos artesanales, comienzan a rescatar el saber de las generaciones anteriores sobre materiales, técnicas, telares y diseño de prendas, para ofrecer una renovada versión de las estéticas tradicionales del pueblo riojano.

La Casa de los Fajardo

Si alguna vez recorrés el trayecto riojano de la ruta 40 y pasás por Santa Clara, cerca del límite con San Juan, no pierdas la oportunidad de acercarte a la Casa de los Fajardo para entrar en contacto con las maravillas del telar riojano. Una vez más, te compartimos un video del programa Gente de Mi Pueblo, con una entrevista realizada en 2017 a Nicolás Fajardo.

Seguramente, es mucho lo que queda por decir sobre los tejidos artesanales argentinos en la región del noroeste. Apenas hemos realizado una breve presentación del tema. Esperamos, en el futuro, poder ampliar algunas cuestiones y considerar otros tejidos tradicionales argentinos pertenecientes a otras provincias e influenciados por otras culturas, como la mapuche en Neuquén o la ranquel en La Pampa. Por el momento, deseamos que hayas disfrutado el contenido y dejes debajo tus comentarios.

Si llegaste hasta acá, es posible que te apasione conocer sobre los tejidos artesanales argentinos y quieras tener acceso a más recursos.

Hacé click en el botón para descargar el catálogo La Argentina Textil del Fondo Nacional de las Artes

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El origen del mate

El mate, desde que comenzó a existir, conquistó los corazones de varias generaciones de sudamericanos y lo sigue haciendo en la actualidad. Más de 277 millones de kilos de yerba fueron consumidos en Argentina en 2019 y casi 40 millones fueron destinados a exportación. Es tan importante esta bebida que suele asociarse a valores de amistad, compañerismo, igualdad, amabilidad. Está tan arraigada en la historia de todos, que nunca faltan las discusiones que buscan atribuir el origen del mate al propio país. Pero, ¿cuál es la historia del mate?, ¿cómo comenzó esta costumbre?, ¿el mate es argentino o uruguayo?

Ni argentino ni uruguayo. Durante la época del Virreinato del Río de La Plata, sabemos que la yerba mate se encontraba ampliamente difundida por todo el territorio y todas las clases sociales. Un mate podía ser tanto la bebida para ofrecer a las visitas en una casa opulenta como una excusa para compartir un buen momento entre amigos. En la sociedad colonial, nativos y criollos, ricos y pobres, jóvenes y viejos se dejaban atraer por la magia de una bebida que parece haber nacido para fomentar la unión entre las personas.

¿Le debemos, entonces, el mate a la época colonial? Aunque los sacerdotes jesuitas fueron verdaderos militantes de las benéficas propiedades de la yerba mate y la llevaron a todas partes, hay que decir que no. Cuando los colonizadores llegaron, la costumbre del mate ya estaba ahí.

El origen ancestral del mate

Se atribuye al pueblo guaraní el haber recibido por primera vez el regalo de la yerba mate de parte de Yací, la luna. Cuenta la leyenda que Yací sintió curiosidad por las bellezas de la Tierra y solicitó permiso a Kuaray, el sol, para visitarla junto con Araí, la nube. Kuaray les advirtió que, al bajar, serían vulnerables como el resto de las criaturas mortales. A pesar de esto, ambas mujeres decidieron bajar para deleitarse con las vistas del mundo terrenal. En medio de su contemplación, fueron sorprendidas por un yaguareté hambriento. Paí, un valiente cazador guaraní que pasaba por el lugar, se enfrentó al animal para salvarlas. En agradecimiento, Yací se presentó al hombre en sueños y le dijo:  

“Te has portado como un valiente al salvar nuestras vidas, así que mucho te debemos… Al levantarte, verás al lado de tu choza una planta que hemos creado para ti. Se llama caá, y puedes tomarla como una bebida que da mucha fuerza, quita el cansancio y ayuda a reflexionar. Esta planta sellará la amistad entre hombres y dioses hasta el fin de los tiempos”

Y ese fue el origen del mate. Desde entonces, los guaraníes comenzaron a llevar sus hojas de yerba mate trituradas y tostadas en pequeñas bolsas de cuero, listas para mascar o colocar en una calabaza para preparar la infusión que hoy disfrutamos tanto. Y así es como, desde aquellos orígenes ancestrales hasta el final de los tiempos, los hombres continuarán su ritual de unión y amistad influenciados por la magia de la caá.

Unas palabras finales

Si bien no hemos logrado explicar el origen de esta costumbre compartida por tantas personas, desde Feria de Artesanos queremos expresar nuestro más profundo agradecimiento a aquellos antiguos habitantes de estas tierras por dejarnos un ritual tan lindo para disfrutar entre amigos y por darnos la posibilidad de conocer tantas hermosas creaciones de mates artesanales en Argentina.

Y para aquellos que buscaban una interpretación histórica de estos acontecimientos, los invitamos a reproducir el documental que dejamos a continuación.

Joyas del Turkestán Occidental

En el continente asiático, entre el mar Caspio y el desierto de Gobi, se extiende la histórica región del Turkestán. Los pueblos de la región, mayoritariamente túrquicos, hablan lenguas con una raíz lingüística común y profesan, predominantemente la religión islámica.

Las cadenas montañosas del Tian Shan y del Pamir dividen el Turkestán en una parte Oriental, correspondiente a la región china de Sinkiang, y una parte Occidental, que abarca los estados de Kirguistán, Kazajistán, Turkmenistán, Tayikistán, Uzbekistán y el norte de Afganistán.

El Turkestán Occidental, también conocido como Turkestán ruso, posee una larga tradición en la producción artesanal de joyas, especialmente en los pueblos uzbeko, tayiko, kazajo y turcomano. En este último, la joyería ha sido un signo distintivo de riqueza. Brazaletes, anillos, pendientes y collares exhiben, frecuentemente, motivos florales, pájaros y cuernos de carnero. Las joyas de plata son parte integral del vestido de mujeres y niños. Los hombres suelen ornamentar sus armas y utilizar pendientes en forma de arco y flecha para protegerse, mágicamente, de las heridas. Muchas de las piedras utilizadas son conocidas por poseer propiedades mágicas, como el lapislázuli o la turquesa, que protegen del mal de ojo, o la cornalina roja, que protege de sangrados y abortos espontáneos.

La tribu Tekke de los turcomanos se destaca por la utilización de la técnica de dorado al fuego. En esta técnica, los diseños se graban sobre la superficie y luego se pintan con una mezcla de mercurio y polvo de oro. Cuando se somete al calor, el mercurio se evapora y el oro se fusiona a la superficie de la pieza. También se utilizan otras técnicas, como el cincelado y repujado, el appliqué o la granulación. Ésta última es característica de la joyería de los kazajos y consiste en el fundido de pequeños glóbulos de metal sobre el objeto.

Te compartimos este tablero de Pinterest para que puedas explorar visualmente estas interesantes y valiosas joyas.

También podrás apreciar los detalles en el siguiente video.

Artesanía del tejido en La Rioja, Argentina

Antes de que los fértiles valles de La Rioja se convirtieran en zonas importantes de la agricultura y vitivinicultura argentinas, existió en la provincia una fuerte actividad ganadera dedicada al comercio con el país vecino de Chile. Asociada a esta actividad, la producción textil con lana de oveja, guanaco y vicuña proveyó a los habitantes del lugar con elementos necesarios de abrigo en los fríos inviernos y de montura o transporte de objetos para los caballos utilizados como medio de transporte. Mantas, ponchos, chalinas, peleros y alforjas se encuentran entre los clásicos objetos producidos en la región.

Los tejidos riojanos combinaban, como tantas otras artesanías en América, elementos autóctonos e hispánicos. Durante el siglo XX, se caracterizaron por conservar las tradiciones para las técnicas de hilado, teñido, tejido y decoración, sin incorporar elementos industriales.

La lana de oveja, comprada en las barracas, luego de hilada, era teñida con tinturas de origen vegetal o usada en estado natural, con diferentes tonalidades de blanco, marrón y negro. Las lanas de guanaco y vicuña, extraídas del cuero del animal con un cuchillo filoso, eran usadas siempre en estado natural.

El telar más utilizado solía ser el horizontal con pedales y herramientas adicionales, como la pala y el peine. La utilización de estos últimos tenía la función de dar a la trama un carácter más tupido o abierto. En el caso de los peleros o el bordado de telas, se utilizaba un bastidor de madera del tamaño de la pieza a trabajar. Distintas técnicas intervenían para la decoración: listado, faz de trama, payado, atado y la técnica española de bordado. Las lanas de guanaco y de vicuña eran siempre trabajadas a pala y de manera lisa o decoradas con la técnica de listado.

Los tejidos eran realizados, principalmente, por mujeres, con el fin de ser usados en su núcleo familiar. La producción para la venta era escasa y tenía como función apoyar el ingreso provisto por el trabajo del hombre, aunque algunas mujeres lograron hacer de esta artesanía su medio de subsistencia.

El avance de la industrialización tuvo un fuerte impacto negativo sobre la actividad artesanal del tejido en la provincia. Muchas de las técnicas fueron quedando sólo en la memoria de las mujeres con mayor edad de cada grupo familiar.

La Universidad Nacional de Chilecito, desde el año 2009, se encuentra llevando adelante un importante trabajo para recuperar muchas de las tradiciones relacionadas con la artesanía del tejido en la provincia de La Rioja, especialmente en la zona de Famatina y Chilecito. Su intervención apunta a generar estrategias de inserción laboral para las familias de la zona a partir de la revalorización del tratamiento de lanas y fibras de llama y oveja.

En la actualidad, son muchas las mujeres que, nucleadas en talleres de enseñanza y producción de tejidos artesanales, comienzan a rescatar los conocimientos de las generaciones anteriores sobre materiales, técnicas, telares y diseño de prendas, para ofrecer una renovada versión de las estéticas tradicionales del pueblo riojano.

Si alguna vez recorrés el trayecto riojano de la ruta 40 y pasás por Santa Clara, cerca del límite con San Juan, no pierdas la oportunidad de acercarte a la Casa de los Fajardo para conocer de cerca las maravillas del telar riojano. Te compartimos una entrevista realizada en 2017 a Nicolás Fajardo por el programa Gente de Mi Pueblo.

Cerámica Asurini: una técnica que se aprende desde los 5 años

El Amazonas, tierra de complejos ecosistemas, riqueza de recursos y tradiciones ancestrales, ofrece una producción de cerámicas que se remonta a 9000 años de antigüedad. Durante siglos, miles de artesanos crearon objetos útiles para la vida cotidiana de su comunidad y transmitieron sus saberes a las nuevas generaciones. Sus cuencos y jarras, delicados como porcelana, eran pacientemente construidos a partir de rollos de arcilla y luego sometidos a un templado orgánico. Entre estos objetos, se destaca la cerámica asurini.

Los Asurini do Xingo mantienen viva la llama de sus antepasados. Portadoras de antiguos saberes, las mujeres Asurini producen objetos cerámicos que destacan por su cuidada técnica y por su belleza. Usualmente decorados con patrones que reflejan su percepción de la naturaleza, como el zigzag de una anaconda o el caparazón de una tortuga, su significado social excede las consideraciones de estética y de utilidad. La actividad cerámica es una parte central del patrimonio personal de una mujer y le otorga reconocimiento social.

El aprendizaje de la cerámica asurini

Desde muy pequeñas, a la edad de 5 años, las mujeres del pueblo Asurini son entrenadas en el arte de la cerámica. Sólo con décadas de aprendizaje, alrededor de los 50 años de edad, suelen lograr un acabado dominio de la técnica. Como resultado de esta especialización de la producción, la técnica asurini logra un asombroso grado de estandarización, lo que le otorga un valor especial en la producción de artesanías en cerámica.

La enseñanza y aprendizaje de la técnica requiere la observación y el ejercicio práctico y repetitivo de la creación de objetos cerámicos. Las artesanas experimentadas enseñan a las niñas asurini mediante exposiciones y demostraciones de los procedimientos técnicos y los resultados que deben ser obtenidos en cada etapa de la producción. Las pequeñas inician con tareas sencillas, como la pintura de vasijas en miniatura fabricadas por las mujeres más grandes con propósito didáctico.

Con el tiempo, las aprendices logran dominar los rigurosos cánones de proporcionalidad en la morfología de la cerámica asurini. En la medida en que adquieren conocimientos técnicos específicos, también ganan familiaridad con la nomenclatura y la funcionalidad de los distintos objetos y comienzan a desarrollar sus propias herramientas de trabajo. El periodo de aprendizaje culmina en la adultez y, si la mujer deja su hogar luego de haberse casado, es usual que termine su entrenamiento con las mujeres del grupo familiar de su marido.

En la actualidad, debido a la demanda creciente de este tipo de cerámica en el mercado, las mujeres artesanas asurini producen un volumen cada vez mayor de objetos a más temprana edad, lo que, sin duda, promueve el acceso de un mayor número de personas a una tradición única.

La técnica de la cerámica asurini

La cerámica asurini adquiere diferentes formas dependiendo de su funcionalidad. También puede ser decorada con motivos que reflejan la cosmología de su pueblo. Cada vasija es desarrollada tomando en cuenta forma, tratamiento de superficie y uso. Además, de manera similar a las características de otros tipos de artesanías, mantener un criterio estético es un requisito. La forma, el suavizado, el quemado y la pintura deben ser realizados de manera bella.

La técnica de la cerámica asurini implica una secuencia de operaciones similar a la encontrada en otros procesos de fabricación de cerámica.

Selección de materia prima

En cada asentamiento, mujeres y hombres se preocupan por encontrar buenos sitios para la extracción de arcilla. En general, suelen elegir fuentes cercanas.

Los criterios para determinar si la arcilla es buena se relacionan con encontrar un color adecuado, que se asemeje al de objetos ya fabricados, la escasa pegajosidad, la suavidad, la firmeza en la fabricación, la resistencia a la acción. Cada vez que se encuentra una fuente de arcilla, los asurini experimentan con ella para estudiar sus cualidades.

Preparación de la materia prima

Este proceso es muy sencillo y consiste en un aplastamiento o amasado de la arcilla. Primeramente, se la golpea con un palo y luego se utilizan los dedos para remover las impurezas de la arcilla que no puede estar contaminada por ningún elemento ajeno. La actividad de preparación de la materia prima se repite hasta que se haya alcanzado la cantidad necesaria para comenzar la fabricación.

Fabricación del recipiente

Para dar forma al recipiente se utiliza una técnica de enrollado. Los rollos de arcilla son amasados con las manos y luegos encimados para ir generando el tipo de recipiente deseado. De un lado y del otro, las artesanas van trabajando sobre las uniones y alisando las superficies. Luego, usan una herramientas construida con calabaza para hacer un suavizado.

Secado

Una vez que el recipiente ha alcanzado su forma definitiva, se lo deja secar a la sombra. El tiempo de secado dependerá de la estación del año, las condiciones meteorológicas y del tamaño del objeto fabricado. Este proceso se realiza dentro del hogar o en sus adyacencias.

El secado, al causar una retracción en la arcilla, puede originar pequeños quiebres que luego serán reparados mediante la aplicación de más arcilla. Luego de unos días secándose, el recipiente es colocado cerca del fuego o sobre carbones para ser ennegrecido por la acumulación de hollín.

Quemado

Este es el proceso más crítico de toda la secuencia, ya que los recipientes pueden romperse y todo el trabajo previo sería en vano. En general, se eligen lugares apartados para hacer la fogata en que se quemarán los recipientes y se considera que se ha tenido éxito cuando no quedan marcas de carbonización sobre las superficies. Si aparecen manchas, se considera que el quemado no se realizó de manera bella. No toda la cerámica asurini pasa por un quemado.

Terminación de superficies

La terminación de superficies incluye la pintura y la aplicación de dos tipos de resina: jutaika y titiva.

Los recipientes que van al fuego no son pintados. En cambio, reciben una aplicación de titiva en sus superficies interiores y exteriores.

Los recipientes que no van al fuego son pintados en el exterior. Las superficies externas reciben una aplicación de jutaika y las internas, de titiva.

La pintura comienza con la preparación de pigmentos minerales rojos, amarillos y negros. Los minerales son traídos por los hombres en sus incursiones por los alrededores, quienes los encuentran aleatoriamente en el suelo o en depósitos específicos. Las mujeres frotan estos minerales sobre una piedra y luego agregan agua para finalizar la preparación. El amarillo sirve de base para pintar los motivos con los otros dos colores.

Da reproducir al siguiente video para apreciar en detalle el proceso de creación de la cerámica asurini.

En este otro video, podrás ver una animación que relaciona los patrones pintados en la cerámica asurini con sus correspondientes formas en el reino animal.

Mingei: artesanías japonesas de la gente para la gente. 5 principios.

Con el proceso de industrialización de Japón, muchas de las tradiciones de producción manual de bienes se vieron afectadas. El movimiento Mingei es una de las respuestas dadas a la crisis de la cultura nipona tradicional.

Durante los primeros años del siglo XX, el mercado japonés se fue poblando con productos industrializados y las expresiones artísticas niponas comenzaron a recibir el influjo occidental. A finales de los años veinte, Yanagi Sōetsu, un filósofo preocupado por la pérdida de las tradiciones del trabajo manual y sus estéticas milenarias, dio origen al movimiento denominado minshu-teki kogei (“arte y artesanías de la gente, para el uso cotidiano de la gente”), abreviado como Mingei. Este movimiento se propuso rescatar el arte folclórico japonés del olvido en el que estaba cayendo. Su importancia fue tal que, desde entonces, Mingei se ha convertido en sinónimo de artesanías japonesas.

Para Yanagi, inspirado en el budismo, la artesanía, como los cuencos para la ceremonia del té, nace de un proceso natural, de un material natural y de un corazón que acepta. La belleza del objeto artesanal no se encuentra en la originalidad que pueda plantear frente a otros objetos del arte, sino que surge de la perfección que le otorga la creación anónima y el sometimiento a una actividad repetitiva tradicional. Esta belleza puede ser contemplada en su mayor grado cuando el artesano pierde toda diferenciación con el objeto que produce y su actividad, entonces, se convierte en una vía hacia la Iluminación.

Historia del movimiento Mingei

Un antecedente importante del movimiento se puede encontrar en la Gran Bretaña de finales de siglo XIX, en la que el movimiento de arte popular Arts and Crafts surgió como una reacción a la industrialización y a la forma de vida moderna, en la que sus adherentes veían una mecanización de la existencia humana.

El Arts and Crafts se constituyó como un movimiento estético reformista, fuertemente asociado a las ideas del arquitecto, diseñador y maestro textil William Morris, que fue un firme defensor e impulsor de la recuperación de los trabajos artesanales. Como postulado fundamental, afirmó la primacía del hombre sobre la máquina y revalorizó métodos de producción tradicionales previos a la hegemonía de la industria.

William Morris, influido por el pensamiento marxista, buscaba desalienar al hombre del modo de producción capitalista y esto lo llevó a proponer el trabajo artesanal como camino de recuperación de lo humano. Su pensamiento, a través del movimiento de arte popular británico, llegó a diferentes países del mundo y tuvo un impacto notable sobre la creación de artesanías en el mundo angloparlante.

Minshu-teki togei

Arts and Crafts también influyó en el nacimiento del movimiento minshu-teki togei, que buscaba rescatar el valor de los objetos artesanales de la sociedad japonesa frente a su propio proceso de industrialización. Shōji Hamada, un alfarero japonés que trabajó en Inglaterra con el ceramista Bernard Leach, influenciado por la idea de un arte popular, abrió un taller en la localidad de Mashiko que se convertiría en un centro tradicional de la cerámica japonesa. Hamada, junto con su maestro Kawai Kanijiro, serán considerados los precursos del movimiento de recuperación cultural de la artesanía japonesa en su país.

En 1926, Hamada, Kanijiro y Sōetsu decidieron abrir un museo dedicado a las artesanías tradicionales de Japón, hechas por la gente para la gente y respetando una unión profunda entre la utilidad de las piezas y su belleza. A pesar de su decisiva influencia, Hamada, al considerar la cerámica como una actividad artística, no centró toda su actividad en rescatar la estética popular de la artesanía japonesa, sino que tuvo una extensa producción más allá de la tradición cultural de su país. Sōetsu se convirtió en la cara más visible del nuevo movimiento, del que acuñó el nombre y definió los principios estéticos para agregar belleza a la utilidad de las piezas.

Occidentalización y japonización

La idea de objetos artesanales hechos por la gente para la gente, es similar a la idea británica de recuperación del valor del hombre frente a la máquina. Sin embargo, hay diferencias importantes entre ambas concepciones. La sociedad japonesa, hasta el siglo XIX, no diferenció entre creaciones artísticas y artesanales. Cerámica, textiles, cestería no se distinguían de pintura, escultura o arquitectura como pertenecientes a ámbitos diferentes. Con la occidentalización de Japón, no solamente la distinción fue introducida, sino que la producción de piezas artesanales comenzó a desaparecer.

Cuando se produjo el movimiento contrario, de japonización del objeto artístico occidental, las artesanías de Japón comenzaron a demandarse crecientemente. La respuesta del gobierno fue la producción industrial en masa. Cuando Hamada tomó la decisión de abrir su taller de cerámica, posiblemente su interés era más el de recuperar las actividades tradicionales de la sociedad japonesa que la desalienación del hombre.

El artesano británico de la cerámica Phil Rogers ha coleccionado creaciones de Hamada y de otros maestros japoneses. Se pueden ver y comprar en su sitio web. Por supuesto, la cerámica de Hamada puede ser muy costosa y llegar a valer algunos cientos de dólares.

Los principios del Mingei

El Mingei se ha definido tradicionalmente por los siguientes principios:

  • El Mingei es producido a mano y en grandes cantidades. El corazón de esta actividad es su producción manual, lo que le da su carácter artístico. Sin embargo, a diferencia del arte propiamente dicho, su objetivo continúa siendo utilitario, por lo que debe poder producirse masivamente.
  • El arte del Mingei debe tener un diseño práctico, simple y poco costoso. Este principio se deriva del carácter masivo de la producción y de su función utilitaria. Crear bienes de lujo traicionaría el propósito del movimiento, ya que muy poca gente podría acceder a ellos.
  • Los objetos del Mingei están destinados a las masas. El uso masivo es lo que les otorga su belleza y autenticidad regional y cultural.
  • El arte del Mingei debe representar la región en la que es producido. Más allá de la estética, cada objeto adquiere características representativas y específicas de la región de Japón a la que pertenece. La cultura nipona aprecia las variaciones regionales.
  • Los artistas del Mingei son anónimos. Tradicionalmente, esto significó que no podían esperar ningún tipo de reconocimiento. A pesar de este requisito de obras anónimas, esta postura ha cambiado en la actualidad, ya que la sociedad ve como un valor positivo celebrar y reconocer el trabajo de los individuos que ayudan a preservar las principales tradiciones culturales.

Estos principios guardan algunas similitudes con las concepciones occidentales del objeto artesanal, aunque también mantienen sus diferencias. Te invitamos a leer nuestra publicación sobre la definición y características de las artesanías para hacer una comparación.

El Mingei contemporáneo

Aunque el movimiento Mingei estuvo muy asociado a la actividad de creación de cerámica, no se limitó únicamente a ella. En la exposición de 2014 Mingei, are you here? de la galería Pace, en Londres, se pudieron apreciar pinturas, esculturas, textiles y obras sobre papel, además de los objetos de cerámica, pertenecientes a más de veinticinco artistas.

En la actualidad, las artesanías de Japón se encuentran ampliamente difundidas en las sociedades occidentales, desde los cuencos para la ceremonia del té que deleitaban a Yanagi, pasando por los maneki-neko o gatitos que atraen la buena suerte, hasta las ito-mari, pelotas de hilo enrollado que usaban las mujeres para jugar a las atrapadas. Te invitamos a recorrer el tablero de Pinterest de Gaijin Crafter para conocer algunas de estas artesanías.

El Mingei en la Academia

Además de la continua producción artesanal, la historia del movimiento Mingei es hoy objeto de estudios y reflexiones académicas. Si te interesa saber más sobre el tema, te compartimos una publicación en PDF de la historiadora Muriel Gómez Prada: Mingei o el arte del pueblo. Muchos estudios más se pueden encontrar buscando en internet.

También te dejamos la reciente exposición del profesor Ricard Bru, de la Universitat Autònoma de Barcelona, sobre la influencia de esta concepción popular japonesa en Cataluña a mediados del siglo XX.